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ACPP desde 1990
B O L E T Í N
lo que hacemos mes a mes
contra la desigualdad, redistribución
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Especial Miguel Ángel Blanco
abril 2015
Hasta luego Maestro!
Era poco antes de las elecciones generales del
2000, cuando la cooperación española empeza-
ba a tener peso en la escena internacional y la
Asamblea era todavía una organización de ta-
maño modesto con muchas ambiciones. Tras un
periodo corto de prácticas, me ofreciste un
puesto de coordinación de proyectos, mi primer
empleo en la cooperación. En aquellos tiempos
éramos una decena en la sede. Me acuerdo co-
mo si fuese ayer de tu ironía hacia esos recién
diplomados de cooperación internacional que ni
sabían formular un proyecto, pero detrás de tu
sarcasmo y saltos de humor se escondía un
hombre con mucho cariño y paciencia con sed
de compartir su experiencia, conocimiento y
determinación política.
No puedo enumerar las veces en las que, en el
medio de una nube de Ducados, vimos a tu lado
el amanecer desde la calle Santa Isabel, en esas
institucionalizadas carreras contra reloj pre cie-
rre de convocatorias.
Me acuerdo de un hombre entero, perfeccionis-
ta, pragmático y polémico. Un hombre con una
visión política y estratégica clara para la expan-
sión y sobrevivencia de la ACPP. Un hombre que
priorizaba el bienestar colectivo ante lo indivi-
dual, el desarrollo de la ACPP ante del suyo pro-
pio.
Para citar uno de tus autores preferidos, Bertolt
Brecht, “hay hombres que
luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un
año y son mejores. Hay
quienes luchan muchos
años, y son muy buenos.
Pero los hay que luchan to-
da la vida: esos son los im-
prescindibles”.
Pues eso Maestro, tú fuiste
uno de estos raros hombres
imprescindibles que supo
apostar por la juventud y las
asociaciones de base para
asegurar tu relevo. Tu lucha
continua, para un mundo
más justo e igualitario!
Con todo mi cariño y gratitud,
La francesita, Bianca
Berangere (
Bianca
) Boell
.
Johannesburgo. Sudá-
frica.
Antigua delegada de ACPP en Túnez
Hola Miguel Ángel
,
Tenía ganas de escribirte. Sé que ahora llego
tarde, que este email llegará al buzón pero no lo
podrás leer en persona ni contestarme. Pero
necesitaba hacer esto sobre todo tras ver tu fo-
to y leer la triste noticia.
Desde que dejé ACPP y me volví a Barcelona no
hemos vuelto a tener contacto. Pero me asaltan
muchos recuerdos. Incluso puedo recordar el
tono de tu característica voz como si el tiempo
no hubiese pasado.
Recuerdo mi primer día, cuando fuisteis a bus-
carme al aeropuerto. Empecé a trabajar en Ma-
drid directamente sin que nos hubiésemos co-
nocido antes en persona. Recuerdo un email
muy largo que me enviaste con todos los deta-
lles y condiciones del que sería mi futuro traba-
jo. Ya ves. Nuestro último contacto acaba igual
que empezó, por email. En la distancia. Aunque
la tristeza siga muy cercana.
Conservo el libro que me regalasteis para mi
despedida. La montaña mágica. Para que descu-
briera a Thomas Mann. Pero siento decirte que
no llegué a terminarlo. “A mas a mas”. Así es
como termina tu dedicatoria, con ese guiño a
esa catalanada que solté varías veces en una
reunión con el banco Sabadell sin darme cuen-
ta. Aunque pensaba, bueno, siendo de Sabadell
deben haber entendido la expresión.
A pesar de que se que te gustaba la arquitectura
de Barcelona, te extrañaba que los de aquí fué-
semos de zumitos tanto como a mí me llamaba
la atención verte trabajar con ese ron cubano.
Recuerdo una tarde que tuviste entrevistas con
varios de la organización y yo fui el último. Las
charlas no fueron en la oficina, sino que en el
bar de abajo. Yo obviamente, siguiendo la tradi-
ción catalana, no se me ocurría pedir una bebi-
da alcohólica en horario de trabajo, pero ahí
estabas tu con tus ojos vidriosos y tu ron inten-
tando resolver los problemas de la organiza-
ción.
Miguel Ángel Blanco, una personalidad imposi-
ble de olvidar. Un intelectual. Con gusto por la
literatura, la arquitectura, la gastronomía. Un
animal político. Para mi gusto igual algo excesi-
vo en aquella época tan pro psoe. No sé qué
opinarías últimamente de ese que te ha robado
el look al que algunos llaman “el coletas”.
Bianca me dijo esta semana de tu enfermedad.
Pero a pesar de la “derrota”, creo que eres una
de esas personas que puede sentirse orgullosa
de su legado. De su huella en las personas, no
solo las que se hayan podido beneficiar con al-
guno de los proyectos de la Asamblea, sino tam-
bién de las que han tenido la oportunidad de
trabajar a tu lado. Gracias.
Siempre en el recuerdo, compañero.
Hugo González
Antiguo responsable del Departamento de Recursos Eco-
nómicos de ACPP