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la cobertura de las necesidades básicas: el acce-
so al agua potable, reforzar el autoabasteci-
miento de las comunidades rurales y el fortale-
cimiento del tejido asociativo entre otras cues-
tiones.
La Cooperación no trata de ser el
salvador
ante
las necesidades que, en buena parte, se produ-
cen por la incapacidad institucional de hacer
frente a las mismas. La Cooperación Internacio-
nal para el Desarrollo es más que un simple pro-
yecto redactado y aprobado para su ejecu-
ción. La Cooperación es la potenciación de las
capacidades, la promoción de valores de solida-
ridad, justicia social y de la defensa de los Dere-
chos Humanos, el establecimiento de sinergias
entre el Norte y el Sur y al mismo tiempo, un
proceso de aprendizaje compartido con la finali-
dad de lograr un desarrollo más justo e igualita-
rio.
El compendio de proyectos de cooperación que
allí tienen lugar (educación, saneamiento, em-
poderamiento de las mujeres, hábitos de higie-
ne, desarrollo rural…) son espacios de creación
de oportunidades, de potenciación de las capa-
cidades y del aumento de las posibilidades de
alcanzar una vida digna.
La hipocresía institucional que arrastra a la so-
ciedad a la ignominia y a la indiferencia debe
poner fin a la situación de miles de personas
que viven en campos de refugiados, de quienes
son asediados por las fuerzas militares y de
quienes se ven sometidos al control de los que
(des)gobiernan nuestro mundo. La creciente
financiación en materia de cooperación bilateral
en detrimento de la multilateral, no es un paso
a favor de las políticas internacionales de
cooperación, ni mucho menos lo son las actua-
ciones que recientemente han
si-
do protagonizadas por la comunidad internacio-
nal ante situaciones de trágica emergencia hu-
manitaria; o en nuestro caso más cercano, los
recortes estatales y autonómicos en coopera-
ción al desarrollo. La solidaridad entre el Norte
y el Sur no puede ser concebida como una cues-
tión voluntaria y opcional, la solidaridad debe
ser reconocida como un derecho y un deber de
los Estados para el bienestar de la población.
En este marco de actuación, la lucha de y por la
Cooperación no es más que una gota en el
mar… por lo que nos gustaría finalizar con la si-
guiente reflexión:
“A veces sentimos que lo que
hacemos es tan solo una gota en el mar,
pero el mar sería menos si le faltara esa gota” (
Teresa de
Calcuta).
Los muros. Pienso en Palestina y sólo veo mu-
ros: construcciones humanas que generan divi-
siones de odio y rechazo. Ya no hablamos única-
mente en el sentido físico, sino también en el
nivel ideológico; la construcción sociopolítica
del
ellos
versus
nosotros
. Kilómetros y kilóme-
tros de división entre una parte y otra del mun-
do…
Antes de llegar pensé que nadie allí sería capaz
de esbozar una sonrisa, por varias razones en
cuestión: el conflicto latente que se evidencia
en la presencia militar en cada esquina, la mira-
da déspota de los militares, los
checkpoints,
la
vigilancia líquida que anunciaba Bauman en las
cámaras de
seguridad
, el ejercicio del poder y
humillación hacia
el pueblo
palestino
en Qalandya… pero no, estaba equivocada. A
pesar de todo ello, la vida cotidiana de allí tiene
un lugar reservado para las sonrisas.
Éste fue el mejor regalo que me traje de Palesti-
na. Sus sonrisas fueron nuestra acogida más
grata. A veces no somos conscientes de cuánto
disponemos y de cuánto podemos disponer por
nuestra acomodada condición occidental. Las
familias y hogares que tuvimos la oportunidad
de conocer nos ofrecieron tanto cuanto dispo-
nían, incluso en mitad de Khirbet Tana. La vida
allí nos hizo comprender que la mayoría de los
problemas y necesidades que “sufre” nuestro
mundo occidental no son problemas y necesida-
des de facto. Son construcciones sociales pro-
pias del capitalismo y de la globalización que
obcecan e impiden apreciar el valor de una vida
digna y sostenible.
Ante ello, el papel de
Asamblea de Cooperación
por la Paz
en consonancia con las
contrapar-
tes Palestinian Hidrology Group (PHG) y Palestin
ian Agricultural Development Association (PARC
), ante la legitimización de la superioridad del
poder militar israelí sobre Palestina, desarrolla
un papel fundamental en el desarrollo rural de
las
zonas
de
Al-Wajala,
Al-
Jiftlik, Halhoul y Khirbet Tana. El apoyo institu-
cional a ambas contrapartes se basa en un tra-
bajo planificado en función de las necesidades
más apremiantes de las comunidades, general-
mente, en el sector del agua, saneamiento, hi-
giene y empoderamiento de las mujeres a tra-
vés de la creación de cooperativas.
No obstante, ante la escasez de recursos que las
municipalidades pueden proporcionar a la po-
blación palestina, el papel de las ONGDS resulta
determinante. En este caso, la Cooperación In-
ternacional al Desarrollo incide directamente en
Experiencia de cooperación en Palestina: una experiencia intensa, enriquecedora e inolvidable.
Gloria Maria Caravantes // estudiante en prácticas en ACPP
Gloria María durante la visita proyecto productivo (producción y distribución agrícola por mujeres) de ACPP y PARC
El equipo de ACPP durante la visita a las comunidades beduinas
de Khirbet Tana
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