Versión de HTML Básico
3
vez, del proceso de emancipación femenina que
se está desarrollando. Desde la aprobación en
2010 de la Ley de paridad que se hizo por pri-
mera vez efectiva en las elecciones legislativas
de 2012 (con un resultado de un 42,6% de mu-
jeres en el parlamento) ACPP ha estado apoyan-
do esta transformación con COSEF (Conseil Se-
negalais des Femmes) a través de formaciones
para el refuerzo de capacidades e incidencia po-
lítica.
Seguir de cerca estos procesos y ser parte acti-
va, despierta inquietudes y renueva energías
para continuar trabajando en cooperación
(¡cooperar! ¡qué bonita palabra!), para sembrar
(siempre y cuando lo hagamos juntos) en un
lugar elegido por quienes viven esa tierra y por
quienes la sembrarán para recoger sus frutos.
Porque necesitamos seguir participando de este
trayecto en un país en el que las mujeres y la
ciudadanía en su conjunto necesitan apoyo para
reclamar su espacio y sus derechos.
¡Continuemos compañeras y compañeros! Por-
que juntos lograremos invertir la pirámide y tra-
bajar en común a través de una mirada crítica.
Porque, aunque parezca que esta tormenta glo-
bal no se disipa, haremos fuerza, seremos ger-
men, para así desviar el foco del desarrollo en
las personas. ●
Hace poco más de mes y medio que llegué a Se-
negal, un país en estación de lluvias con una hu-
medad y calor terribles. Pero… ¡qué experien-
cia! Llegué aquí en un viaje de aprendizaje, en
medio de una de esas fases de desarrollo perso-
nal y laboral en las que necesitas conocer otra
cultura y otras formas de vivir. Quería darle la
vuelta a esa mirada eurocéntrica que tantas ve-
ces llevamos impregnada, y parar a reflexionar y
asimilar dónde estamos y dónde queremos ir en
medio de este mundo frenético.
En mi búsqueda de alternativas que contemplen
como centro a las personas y al medioambiente
(alternativas que demuestren que el modelo
economicocentrista vigente no es viable) he co-
nocido, a través de los proyectos que ACPP lleva
a cabo en Senegal, un modelo de cooperación
que tata al ser humano como centro del proce-
so de desarrollo y no como un medio para otros
logros.
Durante estas semanas hemos podido asistir a
la formación en presupuestos participativos con
enfoque de género y la creación y puesta en
marcha de Espacios de Concertación en dos co-
munas, asambleas que cuentan con representa-
ción ciudadana y representación institucional
para definir estrategias y multiplicar capacida-
des para el desarrollo de su comunidad. Esto se
encuentra respaldado por el proceso de descen-
tralización en el que se encuentra inmerso el
país, que transfiere competencias para dar más
responsabilidad a los colectivos locales en pro
de la participación de la ciudadanía en la gestión
pública.
Además, estos espacios son parte activa, a su
Mi experiencia en Senegal, la importancia de la cooperación
Clara E. Cascant i Sempere // Estudiante en prácticas en ACPP
La Alianza por la Salud y la Vida de las Mujeres de El Salvador, una plataforma para transformar la
realidad
Ignacio Baeza // ACPP Centroamérica
Desde abril de 1997 el artículo uno de la Consti-
tución Política de El Salvador “reconoce
como
persona humana a todo ser humano desde el
instante de la concepción
”. Así pues, está total-
mente prohibido cualquier tipo de interrupción
voluntaria del embarazo en este país centroa-
mericano, incluyendo el terapéutico (embarazo
con riesgo para la vida de la madre) y/o eugené-
sico (certeza de enfermedad seria del feto), o
incluso en el caso de violación.
La concreción penal que establece la legislación
vigente en El Salvador otorga una pena a la per-
sona acusada de cometer aborto de entre 2 y 8
años de prisión. Sin embargo, también el código
penal recoge agravantes que pueden hacer que
el delito pase a ser considerado homicidio agra-
vado, con penas que van hasta los 50 años de
prisión.
Desde entonces, la agenda política tanto del
partido izquierdista FMLN, ahora en el poder
ejecutivo, como de los movimientos sociales, no
habían puesto este problema en la primera lí-
nea de prioridades. Sin embargo, debido a las
cifras que arroja una realidad social hostil para
con las mujeres salvadoreñas, especialmente
afectando a las capas más débiles de la sociedad
(
19.000 abortos ilegales e inseguros desde 1997
a la fecha, un tercio del total de los embarazos
anules del país son en adolescentes, 1.400 niñas
de entre 10 y 14 años embarazadas en 2015
),
personalidades de la academia, intelectuales,
profesionales nacionales e internacionales, jun-
to con un equipo del Ministerio de Salud, co-
menzaron a elaborar una estrategia para propo-
ner una modificación legislativa que pudiese
avanzar en el acceso a los derechos sexuales y