Misión feminista de observación para garantizar el derecho a la participación política de las mujeres en el pacífico colombiano
El domingo 29 de octubre fue jornada electoral en Colombia. Se celebraron comicios locales y departamentales para la elección de alcaldías, concejos, gobernaciones y asambleas departamentales. Un proceso que suele interpretarse como un referéndum al gobierno nacional, en esta ocasión con resultados que obligan a encender alarmas al Presidente Petro, dejando al margen realidades muy diversas que trascienden la política nacional. Este artículo pretende poner el ojo en una de esas realidades, el proceso de empoderamiento político que las compañeras de la Corporación Humanas están desarrollando en municipios del departamento de Chocó.
Juntas Somos Poderosas es el nombre del proyecto para fortalecer la participación política de las mujeres que desarrolla la Corporación Humanas, una apuesta apoyada por la AECID en Colombia. En el marco de esta iniciativa se inscribe una Escuela de Formación Política que acompaña a mujeres buscando su empoderamiento político, un proceso que culmina en algunos casos con su participación electoral. Un momento clave en la construcción de una igualdad real entre mujeres y hombres que es necesario acompañar, desde un enfoque de observación y veeduría de la jornada electoral. Para eso se constituyeron las Brigadas de Observación Feminista Internacional (BOFI), compuestas por 21 personas voluntarias de diferentes organizaciones internacionales con trabajo en Colombia, entre las que se encontraba ACPP. Las BOFI acompañaron las elecciones locales en cuatro municipios del departamento del Chocó, siendo que ACPP estuvo presente en el Carmen de Atrato.
La corrupción en el Chocó es mayúscula, conocida y asumida; el déficit de infraestructuras y la falta de acceso a derechos básicos, el paisaje cotidiano; la confianza en sus gobernantes, ínfima. En muchos de los municipios de Colombia las elecciones se ganan a punto de coimas, de mayor o menor envergadura de acuerdo a la capacidad de votantes para arrastrar a otros/as. Pagar el voto con mercados, materiales de construcción o directamente con dinero en efectivo es ilegal, pero se trata de una práctica tan normalizada que no suele acarrear consecuencias. Así ocurrió en el Carmen, donde en esta ocasión las comunidades indígenas fueron instrumentalizadas y votaron en masa y en bloque por uno de los dos candidatos de los partidos tradicionales. Chivas y buses llegaron desde el día anterior de los seis resguardos indígenas del municipio y muchas de sus 36 comunidades con centenares de personas vistiendo los colores rojo o verde. Ignoramos otras promesas adicionales que les hicieran los candidatos y que, todo apunta, no cumplirán, pero de no hacerlo las comunidades indígenas ya han demostrado su capacidad para paralizar el municipio cortando todas las vías de acceso hasta obtener lo prometido.
Muchas mujeres representan lideresas promotoras del cambio que impulsan al resto de la ciudadanía a participar, reivindicar sus derechos, fortalecer las comunidades y proteger el planeta. Su participación es, por tanto, fundamental para la gobernanza democrática. A pesar de lo anterior, las mujeres todavía tienen mucho camino por recorrer para conseguir la igualdad de representación en puestos de poder y liderazgo. En Colombia las mujeres son el 52% de la población pero, a pesar de un aumento significativo en las últimas elecciones, solo el 30% llega al Congreso y, a nivel local antes de estos comicios, ocupaban el 17% en asambleas departamentales, el 18% de los concejos municipales, 12% en alcaldías y el 15% en gobernaciones, siendo escasa, y del todo inequitativa, la representatividad política de mujeres en espacios de representación.
Varias de las mujeres que participaron del proyecto Juntas Somos Poderosas se lanzaron por primera vez como candidatas a la alcaldía (una) y al concejo municipal por diferentes partidos (siete) en el Carmen de Atrato. Difícil tarea la de llegar a la alcaldía mientras la empresa minera que explota los cerros del Carmen, canadiense para más señas, se asegure la continuidad de sus operaciones “contribuyendo” con las campañas de los candidatos tradicionales. A pesar de lo anterior, la candidata obtuvo una buena votación y quedó como la tercera opción más votada, y una de las mujeres resultó elegida para el Concejo. El porcentaje de población que votó este año aumentó considerablemente y, por vez primera, pudimos observar a muchas mujeres ejerciendo su derecho sin el acompañamiento de sus parejas, así como mujeres empoderadas desempeñándose como jurados en las mesas y testigos de diferentes partidos. Además, la Gobernación la ganó la candidata del Partido Liberal.
Las escuelas de formación política para mujeres hacen parte de un proceso joven en Colombia, pero las expectativas en pro de la equidad son altas en el medio plazo, y ACPP seguirá trabajando en esta línea