Mi experiencia en la cooperación

Se acerca el fin de mi experiencia en Colombia colaborando con ACPP y Fundación Forjando Futuros (FFF) dentro de mis prácticas del Máster de Cooperación para el Desarrollo de la Universidad de Zaragoza y la nostalgia empieza ya a hacer eco. Como colombiano, hace años radicado en España, está siendo una experiencia de redescubrimiento de mi propia persona en múltiples sentidos, y el haber tenido esta oportunidad me regocija a varios niveles que van desde el hecho de profundizar en mis raíces hasta el de ser testigo de proyectos que buscan construir una sociedad más justa e inclusiva en un lugar que siento como también mío. Además de la lectura y comprensión teórica de algunos de los proyectos que la Fundación ha llevado y lleva a cabo más la redacción de otro que pretendería buscar financiación europea el próximo año, he podido participar de alguna forma en dos procesos que se encuentran activos a día de hoy al interno de la Fundación:

1) Talleres en diversidad sexo-afectiva en un centro educativo del Oriente antioqueño así como a funcionarios de la Alcaldía y líderes LGBTQ+ de la región.

2) Acompañamiento destinado a la creación de un sindicato de venteros que defienda los derechos de los trabajadores de la economía informal de la ciudad de Medellín.

Actualmente me encuentro también acompañando el proceso de evaluación y posibles vías de continuidad de un proyecto de cooperación desarrollado el año pasado que buscó promover los derechos de la población LGBTIQ+ y que se concretó, a su vez, en el diseño de un protocolo de actuación policial dirigido a la atención a trabajadoras sexuales transfemeninas de Medellín, y que me está brindando la oportunidad de conocer aún más los desafíos y retos que presenta la ciudad y los paralelismos que puedo cruzar con otras realidades que conozco.

Lo que me llevo de estos procesos es la relevancia de estos talleres y proyectos en aras de crear una sociedad más tolerante y menos prejuiciosa, aún siendo, como me decían las colegas, para “plantar” unas pocas semillas que más adelante puedan florecer en actitudes más abiertas dentro de sus propios círculos, realzando la importancia de tener una memoria histórica y su inclusión en el currículum académico nacional. Por otra parte, ha sido un proceso de introspección y aprendizaje del tejido social local y comunitario, a su vez inspirador, pudiendo presenciar el componente de lucha y resistencia que se genera entre las mismas agrupaciones y comunidades ante hechos que los interpelan, demostrando que la colaboración y el apoyo mutuo son fundamentales para promover la convivencia y construir un presente y futuro más sostenible. Asimismo se me hace clara la necesidad de cierta estabilidad institucional desde un punto de vista político, pues si hay una constante queja dentro de todos estos procesos que vengo acompañando es la falta de continuidad de enfoques institucionales que puedan dar legitimidad o mayor supervivencia a diferentes procesos o proyectos que desde la Fundación o la misma sociedad se quiera llevar a cabo, ya que si cada cuatro años se han de cambiar difícil se hace el proyectar objetivos a mediano y largo plazo que sean viables.

En definitiva, creo que el venir aquí ha cumplido con mi motivación a nivel académico y personal de querer, desde mi pequeña escala, construir una sociedad más equitativa y, por ende, a la creación de un mundo un poco mejor, subrayando valores tales como la solidaridad y la participación. Agradecer a la Fundación y todo su equipo, en especial a Javier, así como a ACPP, el haberme dado el privilegio de experimentar todo esto. ●

 

Redacción: Farileandro Londoño, alumno de UNIZAR del Master de Cooperación al Desarrollo que ha realizado sus prácticas en terreno con ACPP / FFF
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