Elecciones en Catalunya: los partidos se examinan sobre cooperación internacional

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Laura Pérez Castaño
BARCELONA EN COMÚ
Candidata a la lista de equipo de gobierno de Barcelona en Comú para el Ayuntamiento de Barcelona

CAT - Laura Pérez castaño

Tras un periodo en que los poderes públicos han optado largamente por un modelo neoliberal de respuesta a la situación económica, arrasando con las políticas sociales en aras de la reducción del déficit público y con la eficacia como mantra. ¿Plantea su partido un modelo distinto de salida de la crisis? ¿Qué papel juega la cooperación en ese modelo? ¿Qué prioridad le otorgará usted en su gobierno?

En Barcelona en Comú planteamos un cambio de prioridades, donde las necesidades de las personas y la naturaleza estén en el centro de las acciones del Ayuntamiento antes los intereses del mercado, las empresas y el lucro.
Justamente por qué ha predominado al consistorio el despliegue de un modelo de ciudad neoliberal que ha planteado la inserción económica al sistema mundial con consecuencias negativas, es de vital importancia el significativo esfuerzo de la cooperación internacional al desarrollo, la promoción de la paz, la defensa de los derechos humanos y la conservación de la naturaleza a nivel global.

¿Es ineficaz que un municipio, una diputación o una comunidad autónoma haga cooperación?

¿Cómo ineficaz? No es ineficaz, es una herramienta importante que tenemos que defender reforzando el papel del Fondo Catalán de Cooperación al Desarrollo para que continúe haciendo un trabajo referencial y fomentando la cooperación descentralizada, pueblo en pueblo, ciudad en ciudad.
La democracia empieza por el municipio que es el espacio más cercano para abrir a la ciudadanía la responsabilidad global; y es desde este espacio desde dónde será más eficaz.
Tenemos que asegurar una coordinación estrechada entre administraciones públicas, reivindicando el espacio local y bloqueando los intentos de mercantilización de la cooperación, con la entrada de agentes que tienen intereses de lucro.

¿Detrae la cooperación recursos que son para los aquí? ¿Puede gobernarse un territorio sin entender que el bienestar de su gente está conectado con lo que pasa en otros territorios, dentro y fuera de nuestro país? ¿Cuál será la agenda de su gobierno a la hora de contribuir a la gobernanza global?

Pienso que no se trata de un problema de recursos; recursos sí que hay para pagar (por ejemplo el servicio de la deuda a los mercados). El que hace falta es hacer un reparto justo. De hecho, aquellas administraciones que recortan en cooperación acostumbran a ser las mismas que recortan garantías sociales en su casa.
Ante la urgencia social que sufre la ciudad de Barcelona no podemos replegarnos y recortar presupuesto de cooperación y Educación Para el Desarrollo con la disculpa de la crisis, porque sabemos, precisamente que las causas de la crisis que estamos sufriendo son globales, y por lo tanto, del mismo modo, las soluciones también lo son.
Haremos pedagogía social para dar a entender la importancia de la interconexión de los problemas y luchas globales, y por eso, apostamos por la Educación para el desarrollo que está contemplada como la principal herramienta de sensibilización sobre las luchas y los problemas del mundo que nos afectan directamente.

El objetivo del 0’7%, aunque simbólicamente importante, ha sido asumido por la práctica totalidad de los partidos políticos. También el PP dice estar comprometido con el 0’7, sin embargo en la mayoría de lugares donde gobierna, la AOD ha sido completamente eliminada. En ACPP creemos que es mucho más relevante comprometerse políticamente a dar pasos significativos y concretos en la dirección del 0’7 durante el periodo en que un partido asuma la responsabilidad de gobierno. ¿Cuál será el porcentaje que su gobierno destinará a cooperación en 2016? ¿Y en 2017? ¿Cuál será la progresión realizable a lo largo de los cuatro años de legislatura?

Desde Bcomú entendemos que se tienen que incrementar los esfuerzos de solidaridad con otras ciudades y pueblos con especial énfasis con la situación de Barcelona como ciudad del Mediterráneo, donde pierden la vida miles de personas debido a políticas migratorias norteñas.
Bcomú se plantea una revisión hacia la cooperación de banda ancha, basada en que hay políticas domésticas que tienen mucha más importancia en relación a los impactos que la propia AOD municipal, como el acaparamiento energético de Barcelona o la ausencia en criterios de compra pública ética. Pondremos énfasis en la coherencia de las políticas municipales para el desarrollo.
De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, un 85% de los españoles cree que ayudar a los países empobrecidos contribuye a un mundo
más pacífico y equitativo y casi el doble de la media europea piensa que se deberían aumentar las ayudas a estos países aún en tiempos de crisis. Sin embargo, el drástico recorte de la política de cooperación en nuestro país ha tenido un efecto demoledor en la capacidad de organización y respuesta de las ONGD, y por lo tanto en su capacidad para luchar contra la pobreza y la desigualdad. ¿Cuál es su modelo de gestión en lo tocante a la participación de la sociedad civil en los procesos de diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la política de cooperación?
Tenemos que trabajar para construir espacios de participación real y activa (también de personas migrantes) y de rendición de cuentas. Una de las propuestas concretas es la creación de un Observatorio del cumplimiento de los derechos humanos, formado por personas vinculadas a entidades civiles de defensa los derechos humanos.
La apuesta que vertebra Bcomú es la de abrir las instituciones, promover la participación activa y la prisa de decisión conjunta. Hablamos de la co-producción de política pública para*construir en común. Y en el caso del tercer sector trabajar también para reducir la carga burocrática de los procesos de subvención.

En este país, tratar de corresponsabilizarse desde lo social de cualquier ámbito de la política pública se ha convertido en una labor no apta para cardíacos. El impago de las ayudas, la creciente burocratización de los procedimientos, lejos de mejorar la transparencia lastran enormemente la labor de las entidades. La connotación negativa que la sociedad asigna a cualquier actividad subvencionada desde lo público, y la posibilidad de que un procedimiento ordinario de revisión de una ayuda pueda ser sea narrado como un caso de corrupción hace de la labor de las entidades sociales un acto de heroicidad. ¿Qué piensan hacer para mejorar la transparencia y facilitar al mismo tiempo que las entidades sociales puedan ayudarles en el desarrollo de las políticas de las que ustedes serán responsables?

Frente a la desactualización democrática de los ayuntamientos apostamos por un modelo de ciudad democrática en el que se propicie la participación ciudadana en la co- gobernabilidad del Ayuntamiento y la ciudad. Hablamos de co-producción de políticas entre lo público- comunitario y cooperativo. Esto quiere decir construir una solución a los problemas conjunta, fortalecer el tejido social y cooperativo asumiendo el que es responsabilidad de la administración.
Queremos impulsar los espacios comunitarios de acción así como que la administración aprenda también de estas prácticas sociales, creativas y de proximidad.
Se tienen que construir para conseguirlo mecanismos directos de participación presencial y digital desde donde se acceda a consultas, iniciativas ciudadanas, rendición de cuentas, revocatorios y presupuestos participativos por barrios, distritos y ciudad.

Apostamos también por la creación de un Observatorio municipal autónomo para evaluar políticas públicas del Ayuntamiento, incorporando área técnica pero también con participación ciudadana.
Se creará una Oficina anticorrupción municipal con dos funciones principales: por un lado, gestionar un sistema de denuncias anónimas y encomenderas de la ciudadanía y de los trabajadores y trabajadoras del Ayuntamiento, como ya hace en el ámbito europeo la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF), y, de la otra, coordinar un sistema de auditoría interna orientada a detectar debilidades del sistema de funcionamiento del Ayuntamiento y de las entidades y empresas que dependen y que faciliten posibles actuaciones corruptas.

¿Cree que la política de cooperación debe tener conexiones con la política migratoria? ¿Y con la comercial? ¿Deberían las administraciones públicas tener en cuenta la vulneración de los derechos humanos a la hora de pactar o hacer negocio con otros Estados?

Desde Bcomú entendemos que no tiene sentido el despliegue de medidas discrecionales de cooperación, paz y derechos humanos con otros pueblos, mientras se deja fuera de control políticas domésticas con implicaciones negativas como por ejemplo políticas energéticas o agroalimentarias que comportan acaparamiento de derechos o como políticas de apoyo a regímenes autoritarios.
Queremos hacer una aproximación diferente, “cooperación de banda ancha”, que se centre tanto en la acción exterior positiva cómo en las actuaciones domésticas, en la aplicación del principio de coherencia al conjunto de políticas de gobierno.


Jordi Marti
CONVERGÈNCIA I UNIÓ
Concejal de Presidencia del Ayuntamiento de Barcelona

CAT - Jordi Martí

Tras un periodo en que los poderes públicos han optado largamente por un modelo neoliberal de respuesta a la situación económica, arrasando con las políticas sociales en aras de la reducción del déficit público y con la eficacia como mantra. ¿Plantea su partido un modelo distinto de salida de la crisis? ¿Qué papel juega la cooperación en ese modelo? ¿Qué prioridad le otorgará usted en su gobierno?

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, durante estos cuatro años de gobierno de Convergencia i Unió, se ha incrementado un 43% el gasto social, destinada a la mejora de las condiciones de vida de la población más vulnerable de nuestra ciudad. A la vez, no se ha querido entrar en la dicotomía entre “los de casa” y “los de fuera de casa”, conscientes que una ciudad con una proyección internacional como la de Barcelona no es ajena a la situación social y los retos que tienen que afrontar las ciudades de todo el mundo. Por eso se han ido estrechando los vínculos con las ciudades prioritarias, identificadas conjuntamente con todos los actores de cooperación de Barcelona y los otros grupos municipales del Ayuntamiento, en el Plano director de Cooperación al Desarrollo, Solidaridad y Paz 2013-2016, que es el instrumento fundamental de planificación de nuestra política pública de cooperación. El Plan director se escribe desde la conciencia que la cooperación municipal de Barcelona no sólo la hace el gobierno de la ciudad sino también, y de manera concertada, todo el tejido de la sociedad civil barcelonesa, que comprende desde las ONGD, hasta las universidades, las empresas, los sindicatos, los colegios profesionales, las escuelas, etc. Como bien sabe, el Plan director fue aprobado por unanimidad y se encalada entre dos mandatos. Por lo tanto, la prioridad otorgada a la cooperación durante el siguiente mandato se mantendrá, tal como se ha ido trabajando durante esta etapa. Por lo tanto, nuestro modelo no tiene nada que ver con el neoliberalismo.

¿Es ineficaz que un municipio, una diputación o una comunidad autónoma haga cooperación?

Claramente, no. El que es ineficaz, ahora que se están definiendo los objetivos de desarrollo sostenible en este proceso de reflexión del puesto-2015, es no tener en cuenta el papel de los gobiernos locales, que son proveedores fundamentales de servicios básicos y que cuentan con una clara legitimidad democrática, en el diseño de las políticas internacionales de cooperación al desarrollo. Dicho esto, desde el Ayuntamiento, pero, también vemos que hay que continuar el proceso de reflexión y mejora de los instrumentos de cooperación, de cara a aumentar la eficacia y el impacto de nuestras acciones, y alinearnos con la agenda de eficacia de la ayuda de Busan.

¿Detrae la cooperación recursos que son para los aquí? ¿Puede gobernarse un territorio sin entender que el bienestar de su gente está conectado con lo que pasa en otros territorios, dentro y fuera de nuestro país? ¿Cuál será la agenda de su gobierno a la hora de contribuir a la gobernanza global?

Tal como respondía a la primera pregunta, precisamente el gobierno municipal del Alcalde Trias ha mostrado que la sensibilidad con los problemas de la ciudadanía barcelonesa, y el incremento de recursos dirigidos a políticas sociales, no entraba en contradicción con el apoyo a las políticas públicas de cooperación al desarrollo. La nueva agenda de cooperación al desarrollo que se está debatiendo a nivel de Naciones Unidas y también de la OCDE tiene en cuenta que los objetivos de desarrollo tienen que ser universales, y afectar tanto al Norte como al Sur. La cooperación municipal que se desarrolla desde nuestra ciudad está absolutamente en línea con este principio. Piense que el principal valor añadido de Barcelona, y de las grandes ciudades en general, en cooperación al desarrollo es el conocimiento de sus equipos técnicos, que trabajan, por ejemplo, tanto al dar respondida las necesidades de la población infantil a nuestra ciudad, como al asesorar técnicamente otras ciudades en el diseño de sus propias políticas públicas para abordar la vulnerabilidad de sus niños y niñas. A menudo decimos que la cooperación municipal es un lenguaje universal, como la música o las matemáticas. Cuando pones contacto personas técnicas de dos ciudades diferentes, que trabajan en el mismo ámbito, la comprensión de los retos que abordan es absolutamente compartida. Esta es la principal contribución de las ciudades a la gobernanza global, desde una perspectiva local.

El objetivo del 0’7%, aunque simbólicamente importante, ha sido asumido por la práctica totalidad de los partidos políticos. También el PP dice estar comprometido con el 0’7, sin embargo en la mayoría de lugares donde gobierna, la AOD ha sido completamente eliminada. En ACPP creemos que es mucho más relevante comprometerse políticamente a dar pasos significativos y concretos en la dirección del 0’7 durante el periodo en que un partido asuma la responsabilidad de gobierno. ¿Cuál será el porcentaje que su gobierno destinará a cooperación en 2016? ¿Y en 2017? ¿Cuál será la progresión realizable a lo largo de los cuatro años de legislatura?

Este mandato ya se ha asumido el compromiso de llegar al 0,7% de los recursos propios para las políticas públicas de cooperación al desarrollo. Esto queda así establecido en el Plan director y, por lo tanto, se mantendrá durante la próxima etapa. Más allá de la cantidad destinada, tenemos que invertir también cada vez más esfuerzos en el análisis del impacto de nuestros programas y proyectos y, en general, de la calidad de la cooperación que llevamos a cabo, en este contexto cambiante donde el principal reto es el combate de la desigualdad social.

De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, un 85% de los españoles cree que ayudar a los países empobrecidos contribuye a un mundo más pacífico y equitativo y casi el doble de la media europea piensa que se deberían aumentar las ayudas a estos países aún en tiempos de crisis. Sin embargo, el drástico recorte de la política de cooperación en nuestro país ha tenido un efecto demoledor en la capacidad de organización y respuesta de las ONGD, y por lo tanto en su capacidad para luchar contra la pobreza y la desigualdad. ¿Cuál es su modelo de gestión en lo tocante a la participación de la sociedad civil en los procesos de diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la política de cooperación?

Permitidme que haga referencia de nuevo a nuestro Plan director, que contempla un objetivo estratégico concreto para el reforzamiento del tejido asociativo de las ONG. Este objetivo se concreta tanto en la perspectiva de un apoyo más logístico, como por ejemplo la cesión de un local municipal por aquellas ONG que se encuentren en graves dificultades económicas pero desarrollen una buena tarea y que ha supuesto una inversión de 700.000 EUROS (es el caso del local recientemente inaugurado a Erasmo de Janer, 8, desde donde operáis actualmente también los de Asamblea de Cooperación por la Paz), como en la promoción y diversificación de fuentes de financiación (trabajamos con algunas entidades en un proyecto para capacitar las ONG para conseguir fondos europeos) o cediendo espacios de comunicación de la ciudad para dar visibilidad a las iniciativas impulsadas desde el sector.

En este país, tratar de corresponsabilizarse desde lo social de cualquier ámbito de la política pública se ha convertido en una labor no apta para cardíacos. El impago de las ayudas, la creciente burocratización de los procedimientos, lejos de mejorar la transparencia lastran enormemente la labor de las entidades. La connotación negativa que la sociedad asigna a cualquier actividad subvencionada desde lo público, y la posibilidad de que un procedimiento ordinario de revisión de una ayuda pueda ser sea narrado como un caso de corrupción hace de la labor de las entidades sociales un acto de heroicidad. ¿Qué piensan hacer para mejorar la transparencia y facilitar al mismo tiempo que las entidades sociales puedan ayudarles en el desarrollo de las políticas de las que ustedes serán responsables?

Es cierto que los procedimientos administrativos son a menudo pesados y están poco adaptados a la idiosincrasia del trabajo que llevan a cabo las ONG al exterior. También es verdad, pero, que nuestro sistema de intervención vela porque el sistema sea el máximo de transparente posible. Somos conscientes que es un reto importante conseguir simplificar los procedimientos sin renunciar a un control riguroso. Durante este mandato ya hemos ido introduciendo algunos elementos y reflexiones para poder conseguir ser más ergonómicos en los mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas de los proyectos financiados. Disponemos de unos instrumentos informáticos que nos permiten hacer un seguimiento más sistematizado y orientado a la comprobación del desempeño de los objetivos previstos. Se trata de iniciativas muy internas, sin visibilidad, pero muy importantes. También estamos, de cara a la nueva etapa, valorando algunas propuestas para mejorar la valoración ex-ante de los proyectos, para seguir consolidando la transparencia que tiene que acompañar todos los procesos vinculados al otorgamiento de subvenciones públicas. Hay que destacar que el Ayuntamiento de Barcelona en 2014 ha sido la corporación más grande del Estado que ha cumplido todos los indicadores de transparencia fijados por la organización independiente Transparencia Internacional, el índice de referencia al sector a nivel mundial y que evalúa el grado de transparencia de todos los ayuntamientos del Estado español.

¿Cree que la política de cooperación debe tener conexiones con la política migratoria? ¿Y con la comercial? ¿Deberían las administraciones públicas tener en cuenta la vulneración de los derechos humanos a la hora de pactar o hacer negocio con otros Estados?

La coherencia de la política de cooperación al desarrollo con el resto de políticas municipales es un ámbito complejo, pero fundamental para garantizar la calidad de nuestro trabajo a favor de una sociedad más inclusiva y respetuosa con los derechos humanos, aquí y más allá de nuestras fronteras. El trabajo en red con otras administraciones también es muy importante a la hora de sumar esfuerzos y sinergias en esta línea. En este sentido, y en el ámbito del co-desarrollo, se opera conjuntamente con el Fondo Catalán de Cooperación, que cuenta con una larga trayectoria en la colaboración con colectivos de personas inmigradas, en Barcelona y a otras muchas poblaciones de Cataluña. En cuanto a las relaciones comerciales, desde el Ayuntamiento se está impulsando un proyecto piloto, en el marco del Consejo Municipal de Cooperación, en el cual la pequeña y mediana empresa se incorpora en el trabajo con ciudades socias del sur, junto con las ONG, la universidad y los sindicatos. Este proceso de poner a disposición de nuestros socios conocimiento instalado del mundo empresarial también tiene como objetivo la sensibilización de las pequeñas y medianas empresas sobre el impacto que pueden tener sus relaciones comerciales con países del sur. Estamos aplicando también el enfoque basado en derechos humanos en el nuestros proyectos de cooperación. También es cierto, pero, que el nivel de cooperación descentralizada está libre de las presiones geoestratégicas que operan sobre las cooperaciones estatales y, por este motivo, dispone de unos índice de coherencia y transparencia más elevados. Razón de más para reivindicar el papel de las cooperaciones municipales, mucho más centradas en el interés de la mejora de la calidad de vida de su ciudadanía, en el diseño de la agenda internacional de cooperación.


Alfred Bosch Pascual
ESQUERRA REPUBLICANA DE CATALUNYA
Candidato a la alcaldía de Barcelona

CAT - Alfred Bosch

Tras un periodo en que los poderes públicos han optado largamente por un modelo neoliberal de respuesta a la situación económica, arrasando con las políticas sociales en aras de la reducción del déficit público y con la eficacia como mantra. ¿Plantea su partido un modelo distinto de salida de la crisis? ¿Qué papel juega la cooperación en ese modelo? ¿Qué prioridad le otorgará usted en su gobierno?

Es evidente la crisis económica ha servido como excusa para llevar a cabo recortes que han afectado de pleno los derechos de las personas. Como consecuencia en el caso de Barcelona, los últimos años han aumentado las desigualdades sociales. No nos podemos permitir tener una ciudad que funcione a dos velocidades. Creemos que el compromiso solidario de Barcelona tiene que ser uno de los disparos distintivos de la ciudad, queremos impulsar una verdadera política de cooperación, paz y solidaridad local y global. Entendemos que tiene que ser una política integral y coherente en toda la actuación municipal. Queremos que Barcelona encabece un nuevo modelo de cooperación catalana municipalista.

¿Es ineficaz que un municipio, una diputación o una comunidad autónoma haga cooperación?

No, al contrario, puesto que las políticas de cohesión, bienestar, salud y enseñanza se despliegan en el ámbito local y es aquí donde la cooperación puede tener más impacto. La cooperación descentralizada juega un papel muy importante en Cataluña y no sólo no es ineficaz sino que es necesaria, pero hay que asegurar la coordinación entre administraciones. La proximidad de la administración local acerca la cooperación a la ciudadanía y la hace corresponsable, crítica y solidaria. Con la práctica desaparición de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) el Ayuntamiento de Barcelona ha acontecido la administración referente por la mayoría de las ONG catalanas que han resistido la crisis del sector.

¿Detrae la cooperación recursos que son para los aquí? ¿Puede gobernarse un territorio sin entender que el bienestar de su gente está conectado con lo que pasa en otros territorios, dentro y fuera de nuestro país? ¿Cuál será la agenda de su gobierno a la hora de contribuir a la gobernanza global?

En Cataluña y también en Barcelona la sociedad catalana ha mostrado tradicionalmente su apoyo a la solidaridad internacional. No podemos segmentar el principio de solidaridad en función de una lengua, un color de piel o una latitud diferente. Las políticas de cooperación nos permiten profundizar en los valores democráticos y la defensa de los derechos humanos. No podemos quedar al margen de los debates internacionales como la profundización de la gobernanza democrática, la construcción de paz y la reducción de las desigualdades, todos ellos retos globales. El proceso catalán es una muestra de construcción de paz y de sus espacios de decisión.

El objetivo del 0’7%, aunque simbólicamente importante, ha sido asumido por la práctica totalidad de los partidos políticos. También el PP dice estar comprometido con el 0’7, sin embargo en la mayoría de lugares donde gobierna, la AOD ha sido completamente eliminada. En ACPP creemos que es mucho más relevante comprometerse políticamente a dar pasos significativos y concretos en la dirección del 0’7 durante el periodo en que un partido asuma la responsabilidad de gobierno. ¿Cuál será el porcentaje que su gobierno destinará a cooperación en 2016? ¿Y en 2017? ¿Cuál será la progresión realizable a lo largo de los cuatro años de legislatura?

Me comprometo a continuar dedicando como mínimo el 0,7% de los tributos municipales a las políticas de cooperación para el desarrollo y la solidaridad internacional. Pero más importante que la cantidad es garantizar la calidad. La coherencia de políticas con la política de cooperación al desarrollo es uno de nuestros ejes de trabajo, nos tenemos que asegurar que todos los esfuerzos se dirigen en el mismo sentido.

De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, un 85% de los españoles cree que ayudar a los países empobrecidos contribuye a un mundo más pacífico y equitativo y casi el doble de la media europea piensa que se deberían aumentar las ayudas a estos países aún en tiempos de crisis. Sin embargo, el drástico recorte de la política de cooperación en nuestro país ha tenido un efecto demoledor en la capacidad de organización y respuesta de las ONGD, y por lo tanto en su capacidad para luchar contra la pobreza y la desigualdad. ¿Cuál es su modelo de gestión en lo tocante a la participación de la sociedad civil en los procesos de diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la política de cooperación?

La educación para el desarrollo, la sensibilización y la comunicación son herramientas que tenemos que utilizar para superar la desconfianza y el desconocimiento sobre las políticas de cooperación. La transparencia y la participación pero también la planificación son principios fundamentales para ganar apoyos. La ciudadanía tiene que poder conocer los resultados y el impacto de las acciones que se ejecutan con recursos públicos. Y por eso hay que trabajar estrechamente con los principales actores de sensibilización que son las ONG.

En este país, tratar de corresponsabilizarse desde lo social de cualquier ámbito de la política pública se ha convertido en una labor no apta para cardíacos. El impago de las ayudas, la creciente burocratización de los procedimientos, lejos de mejorar la transparencia lastran enormemente la labor de las entidades. La connotación negativa que la sociedad asigna a cualquier actividad subvencionada desde lo público, y la posibilidad de que un procedimiento ordinario de revisión de una ayuda pueda ser sea narrado como un caso de corrupción hace de la labor de las entidades sociales un acto de heroicidad. ¿Qué piensan hacer para mejorar la transparencia y facilitar al mismo tiempo que las entidades sociales puedan ayudarles en el desarrollo de las políticas de las que ustedes serán responsables?

Queremos hacer más transparente y más ágil la manera como se otorgan las ayudas. Concretamente, si hace falta, modificando los requisitos y criterios de valoración de las convocatorias de ayudas a ONG del Programa Barcelona Solidaria para mejorar el principio de concurrencia competitiva. También crearemos una línea de ayudas para reforzar las capacidades de las ONGD pequeñas y medias de Barcelona. En este sentido, queremos activar mecanismos de evaluación y seguimiento de las actuaciones ya realizadas en materia de cooperación al desarrollo y solidaridad internacional, para aprender y destacar las buenas prácticas que permitan mejorar la calidad de nuestra actuación en este ámbito. Así mismo, queremos desplegar campañas de sensibilización conjuntamente con las entidades de la ciudad, mejorar los mecanismos de transparencia y activar canales para la rendición de cuentas para fortalecer una ciudadanía crítica comprometida con el desarrollo, la cultura de la paz y los derechos humanos y alineada con el compromiso de solidaridad internacional. Finalmente, queremos consolidar mecanismos de financiación plurianuales para los programas con las ONGD.

¿Cree que la política de cooperación debe tener conexiones con la política migratoria? ¿Y con la comercial? ¿Deberían las administraciones públicas tener en cuenta la vulneración de los derechos humanos a la hora de pactar o hacer negocio con otros Estados?

Cómo ya he comentado, la coherencia de políticas es una cuestión fundamental y entendemos la cooperación de manera integral desde todos los ámbitos de la administración. No puede ser que la propia acción municipal dedique esfuerzos en sentidos opuestos. Por eso proponemos hacer evaluaciones de impacto y facilitar visiones integrales que incorporen el estudio y la divulgación de la «huella» que dejan industrias y empresas participadas o promocionadas por el Ayuntamiento a través de ferias y congresos, de forma regular y sistemática, y abrir espacios de participación a los sectores afectados para dar testimonio y a las organizaciones del tercer sector para hacer el seguimiento, buscando el diálogo y la colaboración mutua. Y en cuanto a la conexión con la política migratoria, es evidente que políticas como la migratoria o la comercial, que tienen un impacto directo en el Sur, tienen que ir coordinadas con la estrategia de cooperación. El co-desarrollo y la participación de personas migradas en la política de cooperación y solidaridad internacional pueden ser un buen mecanismo para garantizar una buena coordinación de ambas políticas.


Belén Pajáres
PARTIDO POPULAR DE CATALUNYA
Candidata a la lista de equipo de gobierno del Partido Popular Català para el Ayuntamiento de Barcelona

Belén Pajares

Tras un periodo en que los poderes públicos han optado largamente por un modelo neoliberal de respuesta a la situación económica, arrasando con las políticas sociales en aras de la reducción del déficit público y con la eficacia como mantra. ¿Plantea su partido un modelo distinto de salida de la crisis? ¿Qué papel juega la cooperación en ese modelo? ¿Qué prioridad le otorgará usted en su gobierno?

El Partido Popular llegó al Gobierno de la Nación cuando la crisis económica golpeaba de manera demoledora a las familias y a las empresas. La situación que nos encontramos obligaba a aplicar medidas de reajuste y reformas para evitar una situación mucho peor que era el rescate de España por parte de la Zona Euro. Vale la pena recordar aquello que ha supuesto el rescate y la intervención en otros países de la UE: la pérdida de la autonomía económica y financiera, la expulsión inmediata del sistema financiero, recortes en pensiones y recortes presupuestarías alrededor del 30 % en Sanidad y educación. Ninguno de estas situaciones se han vivido en España gracias a la agenda reformista del PP que centra su objetivo en la salida de la crisis, la lucha contra el paro y la recuperación económica y la creación de ocupación.
Barcelona tiene que ser referencia en cooperación al desarrollo pero de manera coordinada con otras administraciones, transparente en el rendimiento de cuentas y eficiente en los proyectos, en beneficio de las personas a las cuales se dirigen las acciones y también de la percepción que tienen los barceloneses de la cooperación internacional.

¿Es ineficaz que un municipio, una diputación o una comunidad autónoma haga cooperación?

Sí que es ineficaz sino existe coordinación entre las diferentes administraciones porque duplicamos esfuerzos y por el contrario podemos sufrir el peligro de focalizar la cooperación en determinados sectores geográficos y sectoriales abandonando otros.

¿Detrae la cooperación recursos que son para los aquí? ¿Puede gobernarse un territorio sin entender que el bienestar de su gente está conectado con lo que pasa en otros territorios, dentro y fuera de nuestro país? ¿Cuál será la agenda de su gobierno a la hora de contribuir a la gobernanza global?

No, siempre y cuando se tengan claras las prioridades y se dé compra de manera transparente, no tan sólo del uso que se hace de los recursos públicos sino del impacto de las actuaciones que se llevan a cabo.

El objetivo del 0’7%, aunque simbólicamente importante, ha sido asumido por la práctica totalidad de los partidos políticos. También el PP dice estar comprometido con el 0’7, sin embargo en la mayoría de lugares donde gobierna, la AOD ha sido completamente eliminada. En ACPP creemos que es mucho más relevante comprometerse políticamente a dar pasos significativos y concretos en la dirección del 0’7 durante el periodo en que un partido asuma la responsabilidad de gobierno. ¿Cuál será el porcentaje que su gobierno destinará a cooperación en 2016? ¿Y en 2017? ¿Cuál será la progresión realizable a lo largo de los cuatro años de legislatura?

Es cierto que en muchas ocasiones ha sido imposible lograr el objetivo del 0,7 % atendido a los condicionantes económicos que comporta una crisis y la necesidad de priorizar pero es un objetivo que sigue vigente.
Los recortes en AOD empezaron el 2009 y siguieron el 2010 y el 2011, incluso con el anterior Gobierno. Cuando el PP empezó a Gobernar, la situación económica y social en España era crítica: un déficit del 9,7% (el objetivo finado por la UE en el marco del Pacto de Estabilidad es del 3%).
En los Presupuesto Generales del Estado, y gracias a la mejora de la situación económica, se ha producido un aumento de las transferencias a la AECID, en 35 millones de euros y en el presupuesto de la Secretaría General de Cooperación, de 9,4 millones de euros. Es un aumento sutil pero son 45 millones de euros “nuevos” de AOD.
Además, si España continúa creciente y, una vez que se consiga lograr el equilibrio fiscal (previsiblemente, el 2016), el AOD española crecerá un 10% anual, con el objetivo final de lograr el 0,7% de la RNB

De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, un 85% de los españoles cree que ayudar a los países empobrecidos contribuye a un mundo más pacífico y equitativo y casi el doble de la media europea piensa que se deberían aumentar las ayudas a estos países aún en tiempos de crisis. Sin embargo, el drástico recorte de la política de cooperación en nuestro país ha tenido un efecto demoledor en la capacidad de organización y respuesta de las ONGD, y por lo tanto en su capacidad para luchar contra la pobreza y la desigualdad. ¿Cuál es su modelo de gestión en lo tocante a la participación de la sociedad civil en los procesos de diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la política de cooperación?

No conocía los datos del reciente Eurobarométro pero es normal que una sociedad como la española piense así puesto que ante cualquier tragedia: Haití, Tsunami, ahora Nepal…nuestro país se ha volcado.
Somos una sociedad solidaria. En cambio es una paradoja que ante la crisis en la cooperación donde muchas ONG’S cerraron por los recortes de Cooperación (estatales, autonómicos…) poca gente salió a la calle a protestar, no hemos tenido ni marcha de batas blancas, ni verdes…es decir, la gente no salió en masa a manifestarse. Quizás no se ha sabido explicar bien qué es la Cooperación al Desarrollo, cuál es el trabajo del AECID, de las ONG’S …miedo qué es importante trabajar en el origen de los problemas. Por eso se hace necesaria una mejor divulgación que implique el ciudadano que ayuda una ONG o que paga impuestos que van a proyectos de desarrollo. No basta con que pague y se desentienda, hay que implicarlo, explicarle qué se hace con su dinero y con su apoyo, rendir cuentas, explicarle el cambio. Educar en desarrollo con programas constantes que empiecen en las escuelas.

En este país, tratar de corresponsabilizarse desde lo social de cualquier ámbito de la política pública se ha convertido en una labor no apta para cardíacos. El impago de las ayudas, la creciente burocratización de los procedimientos, lejos de mejorar la transparencia lastran enormemente la labor de las entidades. La connotación negativa que la sociedad asigna a cualquier actividad subvencionada desde lo público, y la posibilidad de que un procedimiento ordinario de revisión de una ayuda pueda ser sea narrado como un caso de corrupción hace de la labor de las entidades sociales un acto de heroicidad. ¿Qué piensan hacer para mejorar la transparencia y facilitar al mismo tiempo que las entidades sociales puedan ayudarles en el desarrollo de las políticas de las que ustedes serán responsables?

Efectivamente hay una burocratización de los procedimientos que hacen que una pequeña ONG con un buen proyecto y con las redes adecuadas quede fuera por baremos muy estrictos. Pero por otro lado hablamos de dinero público por lo tanto hay que ser esmerado. Quizás el diseño en las convocatorias tendría que ser un acto donde todas las partes implicadas en Cooperación participen haciéndolas responsables y parte del procedimiento. Sería cuestión de estudiarlo. El que creemos que toca revisar son las subvenciones directas que se dan por cuestiones “de excepcionalidad» puesto que son mes difíciles de controlar y de evaluar.

¿Cree que la política de cooperación debe tener conexiones con la política migratoria? ¿Y con la comercial? ¿Deberían las administraciones públicas tener en cuenta la vulneración de los derechos humanos a la hora de pactar o hacer negocio con otros Estados?

Desde el Partido Popular siempre hemos defendido la necesidad que solamente se hable con aquellos interlocutores que respeten los derechos humanos, la libertad y la paz.
Pero hay que ser realistas y a veces es difícil tener trate única y exclusivamente con los países que cumplen íntegramente con los DDHH tal como nos los dimos en Europa. Es difícil escapar de la globalización, de las relaciones comerciales entre continentes y de acuerdos entre los mes varios países, alejados culturalmente y socialmente del nuestro. Es la gran asignatura pendiente. Evito hablar de realpolitik, suele manifestar que esta es la realidad y que tenemos que reflexionar sobre ella y hacer una visión más crítica.
La política migratoria tiene que ser coordinada con la política de la UE. Somos frontera exterior de la Unión y en un momento como el de ahora necesitamos la suma del resto de países para solucionar el drama que miles y miles de personas se embarquen en condiciones inhumanas hacia nuestra tierra. Ahora bien, cada país tiene una realidades diferente, Dinamarca no es España y ambos son miembros de la UE. Cada país tiene el derecho, y deber de, de controlar sus flujos migratorios….


Jaume Collboni Cuadrado
PARTIDO SOCIALISTA DE CATALUNYA
Candidato a la Alcaldía del ayuntamiento de Barcelona

CAT - PSC

Tras un periodo en que los poderes públicos han optado largamente por un modelo neoliberal de respuesta a la situación económica, arrasando con las políticas sociales en aras de la reducción del déficit público y con la eficacia como mantra. ¿Plantea su partido un modelo distinto de salida de la crisis? ¿Qué papel juega la cooperación en ese modelo? ¿Qué prioridad le otorgará usted en su gobierno?

Para nosotros los poderes públicos tienen que hacer políticas anticícliques. Y el Ayuntamiento de Barcelona, además, tiene recursos y solvencia para hacerlo. Esto quiere decir, poner el Ayuntamiento al servicio de las personas, invertir, impulsar servicios, … La propuesta socialista en Barcelona va en este sentido y la cooperación también juega un papel importante. Porque la igualdad y los derechos no se pueden cerrar en una ciudad ni en una frontera. Creemos que Barcelona hizo una apuesta en este sentido hace años, y queremos mantenerla.

¿Es ineficaz que un municipio, una diputación o una comunidad autónoma haga cooperación?

No. De ninguna de las maneras. Los y las socialistas de Barcelona consideramos el desarrollo y la cooperación como corderos públicos globales y como derecho. Creemos que las instituciones locales tenemos la obligación de contribuir a hacer políticas de desarrollo y con orientación transformadora, contribuyendo a un desarrollo humano sostenible y la erradicación de las causas estructurales de la pobreza y la desigualdad.

¿Detrae la cooperación recursos que son para los aquí? ¿Puede gobernarse un territorio sin entender que el bienestar de su gente está conectado con lo que pasa en otros territorios, dentro y fuera de nuestro país? ¿Cuál será la agenda de su gobierno a la hora de contribuir a la gobernanza global?

Los y las socialistas de Barcelona tenemos claro nuestra apuesta. Impulsamos los Planes de Cooperación al Desarrollo de Barcelona hace años, y nos reafirmamos en esta apuesta. Los recursos a la cooperación son recursos por la igualdad, imprescindibles para abordar un mundo global y conectado.
Queremos una Barcelona abierta, presente en el mundo, creemos que es la que más se corresponde con la vocación de la ciudad y la que ofrecerá más oportunidades a nuestros ciudadanos. Pero estar en el mundo comporta también responsabilidades con el mundo: Tenemos responsabilidades globales. Queremos un mundo mejor, más libre, más justo y más sostenible.
Desde Barcelona podemos contribuir a la gobernanza global construyendo alianzas, con las otras ciudades del mundo, reforzando el municipalismo internacional, y con las redes de la sociedad civil.

El objetivo del 0’7%, aunque simbólicamente importante, ha sido asumido por la práctica totalidad de los partidos políticos. También el PP dice estar comprometido con el 0’7, sin embargo en la mayoría de lugares donde gobierna, la AOD ha sido completamente eliminada. En ACPP creemos que es mucho más relevante comprometerse políticamente a dar pasos significativos y concretos en la dirección del 0’7 durante el periodo en que un partido asuma la responsabilidad de gobierno. ¿Cuál será el porcentaje que su gobierno destinará a cooperación en 2016? ¿Y en 2017? ¿Cuál será la progresión realizable a lo largo de los cuatro años de legislatura?

Hay que hacer propuestas no sólo contundentes sino que solventes y asumibles. Nosotros nos comprometemos a destinar un 0,7% de los ingresos propios del Ayuntamiento de Barcelona en políticas de desarrollo y cooperación, desde la cooperación directa hasta las medidas encaminadas a la educación al desarrollo o la ayuda humanitaria.
Más allá del dinero –imprescindible- hay dos elementos que echamos de menos en estos últimos cuatro años: Liderazgo y presencia pública. Liderazgo: La mejor Barcelona hace propuestas internacionales desde las embajadas de la democracia local a la carta de salvaguarda de los derechos humanos a la ciudad, desde la Conferencia de Ciudades del Mediterráneo a la presencia de ciudades a Naciones Unidas, para poner algunos ejemplos del pasado. Y presencia pública: Si la cooperación la queremos transformadora tiene que inducir también cambios en nuestra sociedad, fomentar aquí valores de solidaridad y justicia, y esto no lo conseguiremos si escondemos la cooperación que hacemos.

De acuerdo con el más reciente Eurobarómetro, un 85% de los españoles cree que ayudar a los países empobrecidos contribuye a un mundo más pacífico y equitativo y casi el doble de la media europea piensa que se deberían aumentar las ayudas a estos países aún en tiempos de crisis. Sin embargo, el drástico recorte de la política de cooperación en nuestro país ha tenido un efecto demoledor en la capacidad de organización y respuesta de las ONGD, y por lo tanto en su capacidad para luchar contra la pobreza y la desigualdad. ¿Cuál es su modelo de gestión en lo tocante a la participación de la sociedad civil en los procesos de diseño, implementación, seguimiento y evaluación de la política de cooperación?

En Barcelona la política de desarrollo no ha sido cuestionada. La sociedad barcelonesa, los ciudadanos y ciudadanas, son los principales activistas en la política de cooperación. En Barcelona el impacto de la guerra de los Balcanes abrió una etapa que inició y posteriormente consolidar un compromiso que no se ha roto con la crisis económica. La tradición de los gobiernos socialistas en Barcelona ha sido siempre la de trabajar con la sociedad civil y sus organizaciones en el diseño de las políticas de cooperación. Sea en la elaboración de los planes directores hasta el establecimiento de normativas de subvenciones. Fueron gobiernos socialistas y de izquierdas los que pusieron en marcha políticas de cooperación, respondiendo a las demandas de la sociedad civil (las famosas acampadas), también quienes creamos los consejos participativos y quienes proporcionaron a las federaciones de ONGs el espacio que ha permitido poner en marcha físicamente la confluencia en una sola Federación.

En este país, tratar de corresponsabilizarse desde lo social de cualquier ámbito de la política pública se ha convertido en una labor no apta para cardíacos. El impago de las ayudas, la creciente burocratización de los procedimientos, lejos de mejorar la transparencia lastran enormemente la labor de las entidades. La connotación negativa que la sociedad asigna a cualquier actividad subvencionada desde lo público, y la posibilidad de que un procedimiento ordinario de revisión de una ayuda pueda ser sea narrado como un caso de corrupción hace de la labor de las entidades sociales un acto de heroicidad. ¿Qué piensan hacer para mejorar la transparencia y facilitar al mismo tiempo que las entidades sociales puedan ayudarles en el desarrollo de las políticas de las que ustedes serán responsables?

Gracias a la solvencia del Ayuntamiento de Barcelona, desprendido de 32 años de gobierno de progreso, y a la concienciación a la sociedad de la ciudad en Barcelona no se han sufrido grandes recortes de los recursos ni se ha puesto en entredicho el trabajo de las asociaciones. Mejoraremos, pero, todos los procesos de otorgamiento y evaluación de los recursos, para mantener este nivel de compromiso y contribuir al máximo a su incremento. La exigencia de rigor y transparencia en la gestión de recursos públicos no tiene que comportar exceso de burocracia ni procesos inquisitoriales. Claridad en las normativas, concertación con los actores sociales, transparencia en las convocatorias, evaluaciones independientes, publicitación de resultados, rigor en los procedimientos, son condiciones para garantizar el rigor y la transparencia en todo proceso de concertación público-privado cómo son las subvenciones.

¿Cree que la política de cooperación debe tener conexiones con la política migratoria? ¿Y con la comercial? ¿Deberían las administraciones públicas tener en cuenta la vulneración de los derechos humanos a la hora de pactar o hacer negocio con otros Estados?

La coherencia de políticas es básica en cooperación. Sobre todo por quien defendemos la cooperación como una herramienta para transformar el mundo. Los valores de defensa de la diversidad, de respecto al otro, de derechos humanos, de justicia, de la igualdad de oportunidades, de redistribución de riqueza, de la libertad y la dignidad humana son para nosotros los valores con que queremos construir nuestra sociedad. Y son por lo tanto los que inspiran las políticas de ciudadanía y las políticas de cooperación. En Barcelona se han hecho pasos en la coherencia de políticas incorporando por ejemplos cláusulas medioambientales, sociales o de comercio justo en contratos del Ayuntamiento. Esta es una línea en la que todavía podemos avanzar más y lo haremos.

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