
Desafíos y perspectivas de paz en Colombia
Colombia vive hoy el primer gobierno de izquierda en sus 200 años de historia. El presidente Gustavo Petro abandera una política de Paz Total concebida desde el derecho a vivir una vida digna, con un nuevo contrato social que propicie la superación de injusticias y exclusiones históricas, la no repetición del conflicto, el cambio de nuestra forma de relacionarnos con el ambiente, y una transformación productiva sustentada en el conocimiento y en armonía con la naturaleza.
Todo ello frente a los múltiples retos que afronta un país en medio de un conflicto armado del que participan múltiples actores. Y, precisamente porque lleva más de medio siglo intentando solucionar sus diferencias por la vía armada, el que hoy se encuentre haciéndolo por vías negociadas es un ejemplo que, al menos, debe ser tenido en cuenta por otros países que viven situaciones similares.
En esta lógica, en un país que cuenta con más de 9 millones de víctimas reconocidas por el Estado, el Gobierno está intentando brindarles las garantías que hasta el momento no han tenido, a partir del acceso a tierras productivas, a una salud y educación de calidad, a no hipotecar el futuro de las generaciones futuras a partir de los recursos naturales inmensos, pero finitos, con los que cuenta el país.
Apuestas compartidas y respaldadas desde ACPP y nuestra socia en Colombia, la Fundación Forjando Futuros (FFF). Juntas llevamos más de dos décadas trabajando por el acceso a las tierras de quienes la perdieron con motivo del conflicto; representando víctimas en mecanismos de justicia transicional; brindando atención psicosocial a víctimas del conflicto y de violencias basadas en género, y generando mecanismos de protección y autoprotección para líderes y lideresas sociales y defensores y defensoras de DDHH; llevando agua y saneamiento básico a zonas rurales; trabajando en colegios cátedras de paz, resolución pacífica de conflictos, nuevas masculinidades, respeto a la diversidad y prevención reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes. Trabajamos por la autonomía económica y la consecución de proyectos de vida de mujeres rurales, población LGBTI y jóvenes. Adelantamos campañas de reforestación con especies nativas en zonas protegidas, pero degradadas como consecuencia del conflicto, y promovemos prácticas agroecológicas con población campesina retornada. Ejecutamos proyectos de infraestructura Sin Barreras para personas con diversidad funcional y mejoramientos de vivienda para población en situación de vulnerabilidad.
Estas apuestas, para cuyo desarrollo incidimos conjuntamente ante las autoridades y la propia ciudadanía de Colombia y España, son en buena parte financiadas por la cooperación descentralizada española. Y para explicar de primera mano el contexto actual, los principales retos y dificultades por los que pasa el país, la manera con la que desde ACPP y FFF contribuimos como sociedad civil a construir una sociedad más justa y equitativa, y los impactos de los proyectos desarrollados, nuestros equipos en Galicia, Madrid, Valencia, Zaragoza y Barcelona, acompañaron a Gerardo Vega y Javier Arcediano, compañeros de FFF, en una gira de 2 semanas en las que se reunieron con representantes del BNG, PSG, Concello y Diputación de A Coruña, Comunidad de Madrid, Ayuntamientos de Madrid y Barcelona, Generalitat de Valencia, Gobierno de Aragón y de las Universidades de Santiago de Compostela, Valencia y Politécnica de Valencia, así como con la dirección de ACPP, Solidaridad Internacional y organizaciones aragonesas.
Al Pacto Histórico de Gustavo Petro le quedan poco más de 2 años de mandato y los desafíos en temas estructurales para el país como salud, educación, pensiones, acceso a tierras, etc. son mayúsculos. Las clases tradicionales y los sectores más conservadores que siempre han gobernado no respaldan las grandes reformas de transformación social, y la izquierda parece hoy adolecer de la suficiente experiencia para lidiar con un Congreso diverso en el que no tiene mayorías. Es poco probable que alcance a conseguir la totalidad de las metas trazadas en el plan de desarrollo más progresista con el que ha contado Colombia. Pero, no por ello, cejaremos en el esfuerzo de que la ciudadanía tenga referentes positivos para que la alternancia en el poder sea posible en el futuro, trabajando -como venimos haciéndolo- con la población más desfavorecida en pro de la justicia social en uno de los países más inequitativos del mundo