Acercando la cooperación al entorno rural vallisoletano
Álvaro Suárez // ACPP Castilla y León
¿Quién no recuerda su infancia pasando los veranos en un pueblo? Jugar en los campos de trigo, el sonido de los grillos por la noche, las tertulias de los abuelos y abuelas en torno a unas sillas de playa sobre la acera, la solidaridad entre vecinos y vecinas, el ¿y tú de quién eres?… Pero lo estamos perdiendo. Los pueblos se mueren delante de nuestras narices. Como ejemplo, hace unos días cerraron el único bar del pueblo donde pasaba estos veranos. Las pocas personas que lo habitan no son suficientes para que el establecimiento se mantenga abierto. Lo mismo ha pasado con otros negocios locales, con casas, con las huertas, los silos etc.
La falta de oportunidades ha provocado una dinámica de despoblación salvaje: durante décadas, las grandes ciudades necesitaban mano de obra barata, y esa mano de obra, que ahora se busca más allá de nuestras fronteras, antes estaba en el campo. Pero el campo no se ha logrado recuperar. Cada año, este proceso de pérdida de población se deja notar en las áreas que se han venido en denominar por los expertos ‘la España vacía’, aunque un adjetivo más correcto sería el de vaciada.
Castilla y León es una de las comunidades más afectadas por la despoblación, donde la densidad de población está en 26,1 personas por kilómetro cuadrado, muy por debajo de la media europea, de 177 personas por kilómetro cuadrado. La Laponia del Sur. Pero, lejos de ese mito de la España profunda, identificada con la brutalidad y con la ignorancia, la gente de los pueblos está ávida de saber, de actividades, de eventos y actos que revitalicen la cultura y fomenten el conocimiento.
En este sentido, y con la colaboración de la Diputación de Valladolid, ACPP estrenamos durante los meses de febrero y marzo la exposición fotográfica Mindjer di Guiné: Miradas desde Guinea-Bissau en los pueblos vallisoletanos de Castronuño y Tiedra.
Esta exposición realizada por mujeres rurales guineanas, pretende acercar los procesos de cooperación al desarrollo en primera persona a la población del Norte. Han sido ellas quienes, tras un taller de fotografía, han captado con su cámara lo que ven sus ojos, aportando un punto de vista cercano y directo. Así, acompañada de unos pies de fotos explicativos, de forma ilustrativa y breve, esta muestra pretende ser un punto de partida para dar a conocer la cooperación al desarrollo y el contexto en Guinea Bissau.
En ambos municipios, la exposición ha tenido muy buena acogida. Y es que llevar este tipo de actividades a localidades pequeñas es no dejar de lado a la población rural. Supone aportar nuevas alternativas culturales y fuentes de conocimiento que señalan contextos desconocidos para a mayoría de la población, como es el caso de la situación de la mujer rural en Guinea Bissau. Y sirve, además, para destacar el trabajo de las organizaciones que trabajamos en este entorno poniendo de relieve el papel de la Cooperación para el Desarrollo, un mundo muchas veces también ignorado.