Túnez 10 años después: Derechos laborales y dignificación del trabajo y la vida

En vísperas del 14 de enero de 2011, la ciudadanía tunecina pudo romper el muro de silencio y ayudar al país a librarse de la dictadura. Diez años después, es legítimo preguntarse sobre los logros de sus mujeres y hombres, ¿están satisfechos de los progresos en la legislación? ¿Qué más se puede hacer Túnez en materia del trabajo digno y de derechos los derechos laborales, en especial atención a los de las mujeres?

Hemos vivido un acontecimiento excepcional, una revolución que estaba destinada a traer dignidad, trabajo e igualdad para toda la ciudadanía. Reivindicaciones que anhelaban un marco del derecho y la libertad. Después de la expulsión de la dictadura creció la fuerza viva de la sociedad a través de jóvenes mujeres y hombres que creyeron en un mañana mejor y la UGTT, la organización sindical de todos y todas las tunecinas, compartió con ellas.

Desde entonces, la lucha sindical y obrera ha podido reportar un reconocimiento de los derechos en el lugar de trabajo y mejorar el entorno profesional y hacerlo más seguro y respetuoso con las obreras y los obreros. Se ha podido ganar la causa por la protección de la maternidad, el respeto de la mujer en el espacio de trabajo luchando contra la violencia y el acoso sufrido y el pleno derecho sindical (porque durante el régimen de Ben Ali, el trabajo sindical libre era restringido y limitado por la dictadura). Se ha allanado el camino para las trabajadoras del hogar y cuidados, luchando por un marco regulatorio en acorde con la convención 189 de la OIT y creando estructuras sindicales para la protección de sus derechos. Se están impulsando espacios de trabajo, acompañamiento y atención de los derechos laborales de las trabajadoras y trabajadores migrantes así como del sector laboral agrícola.

Por otra parte, el Parlamento tunecino ha aprobado recientemente una ley significativa para impulsar modelos económicos que dignifiquen y protejan la vida y la localidad, la ley de economía social y solidaria.

El último logro se ha dado hace apenas unas semanas con la aprobación por parte del Parlamento de una nueva ley para la ratificación del Convenio 187 de la OIT, relativo a la salud y la seguridad en el trabajo. Esta votación constituye uno de los avances más significativos en el ámbito de la mejora de las condiciones de trabajo en Túnez desde el 14 de enero de 2011. 

Todas estas medidas encuentran su explicación en la dinámica de la revolución misma, que ha hecho del empleo una de sus reivindicaciones esenciales. También encuentran su lógica en el dinamismo de la sociedad civil tunecina, que ha ejercido una presión positiva sobre los sucesivos gobiernos y que ha tenido éxito en sus actividades de incidencia y de promoción.

Por todo ello hay que reconocer que en el decenio que ha seguido a la revolución de 2011 se han registrado avances en el ámbito de la legislación laboral y la mejora de las condiciones de trabajo en el país. Sin embargo, teniendo en cuenta el carácter social y las reivindicaciones populares manifestadas durante la revolución, es evidente que estos avances están todavía en deuda con las aspiraciones de la ciudadanía tunecina, sobre todo de los y las jóvenes que fueron los principales protagonistas de esta revolución.

Es lamentable constatar que las tasas de desempleo, sobre todo entre la juventud diplomada, no ha  dejado de aumentar en los últimos diez años. En la actualidad, el número total de solicitantes de empleo en Túnez supera las 750.000 personas. La pandemia mundial de la COVID 19, , no ha ayudado,  ha obstaculizado totalmente los esfuerzos de desarrollo económico y social en el país. Hoy en día, la prioridad de la sociedad tunecina es salvar la vida de la mayoría, preservar los empleos existentes y buscar las financiaciones necesarias para reiniciar el proceso de producción y recuperación del tejido productivo local.

Es evidente, la lucha debe continuar.

Desde la UGTT,  seguimos en ella, para poder fortalecer la emancipación de estas estructuras y su indisolubilidad y ampliar el actual marco regulatorio de protección de los derechos laborales y económicos en pro de la dignificación social y económica de todos y todas las personas en suelo tunecino. Además, estamos decididas a impulsar espacios de liderazgo ocupados por mujeres y mitigar la brecha y discriminación social impuesta, a la vez que trabajamos con los hombres deconstruyendo la masculinidad patriarcal y misógina en favor del reconocimiento de igualdad de derechos con sus colegas mujeres. El papel de la mujer en la lucha sindical actual es clave, los modelos que buscamos para la dignificación de la condiciones de trabajo pasan por un respeto a la vida y la igualdad. El futuro debe continuar construyéndose conjuntamente, de forma justa, ética e igualitaria. 

 

** Naima Hammami, Secretaria General Adjunta a cargo del Departamento de Relaciones Internacionales, árabes y Migración, es la primera mujer en la ejecutiva del histórico sindicato tunecino UGTT (Unión General Tunecina del Trabajo). La UGTT, contraparte de ACPP, recibió en 2015 el Premio Nobel de la Paz por haber promovido la democracia junto con otros tres representantes de la sociedad civil tunecina, una de ellas la también contraparte de ACPP, Liga Tunecina de Derechos Humanos.
Puedes leer una entrevista con Naima Hammami: https://www.eldiario.es/alternativaseconomicas/mujeres-tunecinas-vamos-dar-paso_132_2208613.html
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