Comunicado ante el asesinato del líder campesino James Luís Jiménez Estrada
James Luís Jiménez Estrada era el Presidente de la Junta de Acción Comunal de la Vereda Cacahual. Uno de los líderes más significados del Urabá antioqueño, alguien con quien construir un futuro más justo para el campesinado. Hoy James está muerto.
El día 20 de abril, cuando visitaba a su hermano, fueron a buscarle, se lo llevaron, lo torturaron y lo asesinaron. Un líder social más que muere en la Colombia postconflicto, un drama que desde 2016, se ha cobrado la vida de al menos otras 282 personas.
Una nueva víctima en la región del Urabá colombiano, donde trabajamos desde 1997. La represión hacia los liderazgos sociales en esta región es constante. El asesinato de James se suma al de ocho policías que, el 11 de abril, acompañaban a personal técnico de la Unidad de Restitución de Tierras.
Por desgracia, son demasiadas evidencias de que la Paz no ha llegado a todos los territorios.
Nos unimos al llamado de nuestra contraparte local, Fundación Forjando Futuros, del Instituto Popular de Capacitación y de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz para garantizar los derechos de las víctimas en Urabá. Hacemos nuestra la demanda de que el Estado colombiano y su gobierno, tomen las medidas que permitan la implementación de los acuerdos de Paz firmados con las FARC. Parece que en estos territorios las comunidades no pueden beneficiarse de temas como la restitución de tierras, formalización, banco de tierras, la sustitución de cultivos de uso ilícito y el de sometimiento judicial colectivo de grupos sucesores del paramilitarismo.
Acompañamos el llamamiento, de estas tres organizaciones colombianas, a la Fiscalía General de la Nación para esclarecer y judicializar a quienes sean responsables intelectuales y se hayan beneficiado de estos crímenes. También el llamamiento a las autoridades locales para adoptar medidas eficaces de protección y de prevención de sus líderes y comunidades.
Con más víctimas, con hostigamiento a los movimientos y liderazgos sociales, con asesinatos, con impunidad, la Paz no es Posible.