Acuerdo de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC
El 24 de agosto se ha convertido en un día histórico para Colombia. Tras 52 años de conflicto, la guerrilla de las FARC, el gobierno colombiano y los países garantes de las negociaciones de paz (Cuba y Noruega) rubricaban el acuerdo definitivo de paz. Tan solo falta un paso, el refrendo de la población, para que Colombia entre en una nueva era.
El proceso de negociación se inició en Oslo el 18 de octubre de 2012 y continuó, desde La Habana, un mes más tarde. Un conflicto tan extenso, el más largo de América Latina, requería un proceso de paz con garantías, con tiempo suficiente para tratar una agenda amplía, asegurándose que los pilares de la paz eran firmes y con el acompañamiento responsable de la comunidad internacional. La negociación se ha estructurado en torno a cinco puntos: desarrollo agrario integral; participación política; fin del conflicto; solución al problema de las drogas ilícitas; víctimas e implementación, verificación y refrendación. Cualquier proceso de negociación es complejo, más después de un conflicto tan largo, pero consideramos que el resultado final es muy positivo e innovador. Fue innovador iniciar la justicia transicional, especialmente en lo referente a restitución de tierras y víctimas, de forma paralela al proceso, pero también el diseño de una estrategia de género y diversidad sexual de manera transversal, entre otras muchas cuestiones. Hacemos explícito, por tanto, nuestra felicitación a las personas y delegaciones negociadoras por el resultado final.
La firma del acuerdo es tan sólo el principio para la construcción de una Colombia en paz. Ahora el reto es el refrendo popular, que la población apoye el acuerdo en el plebiscito que se va a celebrar el 2 de octubre. Desde ACPP, con trabajo en el país desde 1997, siempre hemos trabajado por la paz. Hasta en los peores momentos del conflicto mantuvimos nuestro convencimiento de que la única vía de solución era la salida negociada. De ahí que hacemos un llamamiento al pueblo colombiano para que apoyen todos los esfuerzos realizados en La Habana con un sí en el plebiscito.
Tenemos el compromiso fraternal de contribuir a la paz en Colombia, lo mantenemos y asumimos con más entusiasmo que nunca ante los nuevos tiempos que enfrentará el país.