El periodismo centroamericano se une frente a la caída de las democracias

La primera Red Centroamericana de Periodistas nace en el marco del Foro de Periodismo Centroamericano para enfrentar las crecientes amenazas que sufre la profesión

El silencio tuvo poca cabida en el Foro de Periodismo Centroamericano, un encuentro anual en el que cientos de profesionales de medios independientes unen voces para defender el derecho a la información en un contexto que parece esforzarse por diluir cada día más su significado. Pero si hubo un momento en el que el silencio se perdía entre las multitudes entusiasmadas, fue en la presentación de la conformación de la primera Red Centroamericana de Periodistas, un nuevo actor que agrupará a profesionales de toda la región para enfrentar el exilio, las amenazas, las noticias falsas y la banalización de la información.

 “En los últimos años, en Centroamérica, los derechos de la libertad de expresión y la libertad de prensa han ido en detrimento y, con ello, el derecho de la población a estar informada”, declaraban las representantes de la recién creada Red Centroamericana de Periodistas en su inauguración el 3 de noviembre de 2022. Las impulsoras de la iniciativa eligieron un espacio simbólico para su presentación: en el marco del Foro Centroamericano de Periodistas (ForoCAP), celebrado en Antigua Guatemala del 3 al 5 de noviembre. La presentación de la mesa fue así el colofón a la inauguración del encuentro, un hecho simbólico que tampoco fue casual: decenas de periodistas se encontraron al tiempo que las maquinarias gubernamentales centroamericanas continuaban contaminando el escenario informativo a través de la desinformación y la propaganda y los gobiernos persistían en la restricción del acceso a la información pública.

Ninguno de los países representados en el Foro era ajeno a este contexto. La región sufre una ola autoritaria que criminaliza, ataca y persigue a operadores de justicia independientes, a defensores de derechos humanos y, en último término, a la prensa, cuyas voces han sido críticas con el poder. En El Salvador, el ejercicio periodístico está experimentando niveles de hostilidad que no se veían desde el conflicto armado en la década de 1980. Miembros de gobierno e instituciones oficialistas incitan a la violencia contra las personas o medios de comunicación críticos, que reciben fuertes campañas de ciberacoso y amenazas, con carácter específico y acentuado contra las mujeres periodistas. El uso por parte del gobierno de un programa informático de vigilancia digital a personas periodistas y defensoras de derechos humanos se ha visto consolidado con la reforma del código penal, con la que se logró introducir un nuevo delito orientado a periodistas que prohíbe “difundir mensajes de pandillas”, con penas de 10 a 15 años de cárcel. Con todo ello, según el gremio de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), los hechos de vulneraciones a periodistas se han triplicado en el gobierno actual, con un aumento de 77 a 219 casos de agresiones del año 2019 al 2021.

En este contexto, la nueva Red Centroamericana de Periodistas emerge ante la consideración de que “es imperativo unificar esfuerzos para hacer frente a la regresión autoritaria y a los desafíos que ésta representa para la libertad de expresión y el ejercicio del periodismo independiente”. Desde ACPP celebramos y estuvimos presentes en su conformación, invitadas por el consenso de que estas acciones suben al escenario una brecha que supone una de nuestras líneas estratégicas de acción en el país: la defensa del derecho a la información como condición previa para el ejercicio de la democracia.  Por eso, en El Salvador dirigimos parte de nuestros esfuerzos al trabajo de defensa y protección de quienes socialmente vigilan y educan la mirada crítica: las y los periodistas de medios comunitarios e independientes, protegiendo su ejercicio y fortaleciendo sus capacidades en la defensa de los derechos humanos. Porque en el refuerzo del tejido social de los territorios y la construcción de paz el silencio tampoco ha sido nunca una opción

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