ACPP COMO AGENTE EDUCATIVO
ACPP siempre ha entendido que la educación es uno de los pilares fundamentales en los que se debe asentar el Desarrollo. La educación es un derecho. Es un derecho humano universal y fundamental, que cubre aspectos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Por ello, para que exista un verdadero cambio social, sostenible y duradero en el tiempo, debemos acompañar todas nuestras intervenciones de procesos de enseñanza y aprendizaje que garanticen la transformación de las sociedades en las que trabajamos, que mejoren la vida de la gente.
Así, desde ACPP nos identificamos como un agente educativo con una concepción política que busca generar transformación social para lograr una ciudadanía crítica y responsable y una educación universal de calidad.
Apostar por una verdadera educación universal lleva implícito defender el papel de la escuela pública, una escuela pública que cada vez muestra más carencias del sistema educativo y una mayor vulnerabilidad de las instituciones escolares. La segregación escolar por causas socioeconómicas ha sido uno de los principales problemas del sistema educativo español en los últimos 10 años. Numerosos informes elaborados por el Observatorio Social de La Caixa, y basados en los resultados de los informes PISA de los últimos 4 años, inciden en que las «disfunciones» más importantes del sistema educativo español son los altos niveles de abandono escolar, el elevado peso del origen socioeconómico en los resultados académicos y el alto nivel de segregación por origen social. En un país como España, el segundo de la Unión Europea con mayores tasas de pobreza infantil (las últimas cifras de 2020 arrojan 2,1 millones de menores en riesgo) nos enfrentamos a un problema de mayor magnitud.
Por ello, desde ACPP analizamos los contextos sociales, políticos y económicos de los lugares en los que intervenimos. Identificamos aquellos barrios, ciudades y municipios en los que dar respuesta a las diferentes realidades a través de la educación, con la escuela pública como uno de los motores fundamentales de esos entornos.
A pesar de que la legislación educativa contempla una visión integral e inclusiva de la educación, el aumento de las desigualdades y el creciente discurso del odio en las instituciones están amenazando con debilitar a la escuela pública aún más si cabe. Confrontando a familias con escuelas y viceversa y lanzando un mensaje invisible que otorga a la escuela y a los agentes educativos un mero papel formador y académico obviando el papel fundamental que la escuela cumple en la socialización.
En términos de Durkheim (1976), la escuela debería ser un lugar donde además de preparar a las personas para que sean parte de la sociedad, las responsabiliza de su conservación y de su transformación. Se trata, por tanto, de ver la escuela como una institución educativa que tiene la co responsabilidad ética, política y moral de constituirse en escenario de formación y socialización donde se generen diversos aprendizajes, se fomente el pensamiento crítico y se construya la convivencia como una expresión de la autonomía, la libertad y el respeto a los Derechos Humanos. Y, en ese lugar, la sociedad civil organizada, la comunidad y los movimientos sociales tenemos un papel fundamental para generar procesos colectivos de transformación sociopolítica de la realidad.
Desde ACPP canalizamos gran parte de nuestra labor como agente educativo a través del programa Escuelas Sin Racismo, Escuelas para la Paz y el Desarrollo (ESR, EPD). Además de perseguir que no se produzca ningún tipo de discriminación, el programa busca educar en la paz, en la resolución de conflictos y en la solidaridad desde una perspectiva global, que incluya la responsabilidad personal y colectiva con el desarrollo humano de todas las personas y sociedades. Desde hace más de 20 años, acompañamos procesos de enseñanza aprendizaje en más de 200 escuelas públicas del estado español, generamos recursos pedagógicos de calidad, fortalecemos la labor del profesorado en la búsqueda del pensamiento crítico y fomentamos la apertura de la escuela al barrio.
Al fin y al cabo, como decía Paulo Freire, “La escuela es el lugar donde se hacen amigos, no se trata sólo de edificios, aulas, salas, pizarras, programas, horarios, conceptos… Escuela es sobre todo, gente”.