Colombia y el reto de “hacer de la dignidad costumbre”

Gustavo Petro y Francia Márquez serán Presidente y Vicepresidenta de Colombia desde el próximo 7 de agosto. Los resultados electorales del pasado 19 de junio han certificado la victoria del Pacto Histórico, con 11.281.013 votos (un 50,44%). Un hecho histórico para el país por varias razones.

El Pacto es un conglomerado de personas y partidos declarado abiertamente progresista. La izquierda no ha podido gobernar nunca en Colombia, una paradoja ya que es la democracia más vieja del continente. La explicación es compleja, por multicausal, si bien podemos identificar un sistema político muy marcado por la alternancia entre los partidos tradicionales –liberal y conservador-, el dominio estricto de las élites, el sistemático hostigamiento a los liderazgos de izquierdas (incluyendo en su forma más cruenta el homicidio) o la apuesta por la vía armada como única alternativa para llegar al poder.

Este resultado también ha significado un refuerzo del Acuerdo de Paz firmado en 2016 entre las FARC y el gobierno de Juan Manuel Santos. Sería muy difícil, en los contextos previos, que una alternativa de izquierdas, además con el apoyo expreso de Comunes (el partido político conformado por las FARC), llegase al poder. Pero el Acuerdo ha contribuido a normalizar la política como un escenario de resolución de conflictos. A esto habría que sumar que Petro fue guerrillero, formó parte del M-19. Un movimiento nacido en 1970 y que en 1990 firmó el Acuerdo de Paz que dio origen a la actual constitución colombiana.

La figura de Francia Márquez como Vicepresidenta es otro hito. Francia es una líder social, amenazada por su activismo medioambiental, y será la primera mujer de origen afrocolombiano que llegará a este puesto. Ha ido ganando importancia a medida que se desarrollaba la campaña, y llega con mensajes muy claros como “que la dignidad se haga costumbre”, “vivir sabroso, que no es vivir con plata sino que vivir sin miedo” o “soy porque somos”. Llega a la Vicepresidencia reforzada y como una imagen simbólica de la integración de las y los nadies -parafraseando a Galeano- en la nueva propuesta de gobierno.

Por último, destacaremos que la candidatura del Pacto Histórico ha sido la más votada de la historia colombiana. Aunque no es motivo de este artículo, hay que destacar que se hizo en un contexto complejo donde los resultados de la primera vuelta arrojaron sombras sobre una potencial victoria en segunda. Es más, el segundo candidato con mayor número de votos, también a nivel histórico, ha sido su rival (Rodolfo Hernández) lo que implica que ha sido un proceso electoral con muy alta participación y movilización social, legitimando aún más el resultado.

Ahora les toca enfrentar multitud de retos en un contexto siempre complejo. El primero, qua ya se está afrontando ante la sorpresa de muchos y muchas, es generar alianzas que permitan consensuar una especie de “Gran Acuerdo Nacional” y para lo que incluso se han realizado reuniones incluso con el líder del derrotado Centro Democrático (Álvaro Uribe). También es necesario levantar los frenos que el gobierno actual de Iván Duque ha puesto a varios de los puntos de los Acuerdos de Paz. Otro, mayúsculo, será abordar procesos de paz con las fuerzas guerrilleras aún activas, como el ELN, así como abordar las actividades delincuenciales de grupos al margen de la ley (narco, BACRIM, paramilitares, escisiones de las FARC…). Estos son solo algunos de los retos de los que tendrá que ocuparse el gobierno de Petro y cuyo análisis está siendo ampliado por las organizaciones de la sociedad civil. Es el caso de nuestra contraparte, Fundación Forjando Futuros, que ha elaborado y publicado1 recomendaciones en el tema de derechos de las víctimas e implementación de la Reforma Rural Integral.

ACPP ha participado en el proceso integrando la Misión Electoral de la Taula Catalana per la Pau i els Drets Humans a Colòmbia. Lo hemos hecho en nuestra zona prioritaria de trabajo, Urabá, y como respuesta a las demandas de las organizaciones del territorio. Un ejercicio en el que hemos podido testar que algo ha cambiado, las jornadas se han desarrollado de manera pacífica (algo no tan habitual en el país).

En definitiva, Colombia abre un nuevo capítulo en su historia, ojalá se dé portazo a los años de violencia y, como diría Francia Márquez, “la dignidad se haga costumbre”.

[1] https://www.eltiempo.com/contenido-comercial/desafios-del-nuevo-gobierno-por-la-memoria-y-reparacion-de-victimas-682183?fbclid=IwAR3v0ctJOL7jvabVNCWrp901ZWVCkKJQ-DdTkgm_52OdxKLf7DAf6e0eUB0

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